Al Real Madrid Castilla le cuesta aguantar los resultados a su favor. Esta temporada, los chicos de Raúl han obtenido solamente ocho puntos en diez jornadas. Una situación compleja que les coloca por ahora 19º del Grupo 2 de la Primera Federación. En estos diez partidos, muchas ocasiones se perdieron por el camino. En seis ocasiones, el filial estuvo por delante en el marcador y en cinco de ellas no consiguió materializar los tres piones.
La primera fue en Villarreal. Contra el filial del submarino amarillo, en la jornada 3, los merengues abrieron la lata gracias a un golazo de Víctor Muñoz en el 70’. El 9 enjaulaba el primero del curso para los blancos. Si la euforia en las filas madridistas fue tal, once minutos más tarde, los groguets consiguieron igualar el marcador. Aún así, los de Chamartín salieron del José Manuel Llaneza con el primer punto de la temporada, y fuera de casa.
Una semana más tarde, contra otro filial, tocaba reaccionar en casa. Y eso hizo el Castilla. Después de dominar por completo al Betis Deportivo, la recompensa llegaría en el 60’, después de que el colegiado pitara penalti a favor de los blancos. Gonzalo asumía su rol de capitán y trató de materializarlo. Sin embargo, Guilherme se lo atajó de maravilla. Pero el arrepentimiento fue breve porque instantes después, Loren Aguado ponía el 1-0 en el marcador. Cuando todo apuntaba a que los blancos habían hecho lo más duro, llegó Destiny en el 87’ para dar el punto a los béticos. “No hemos sido eficaces. Que nos empaten al final ha dejado a los chicos un poco tristes y decepcionados, pero hay que continuar, este es el camino a seguir”, decía Raúl al finalizar el encuentro.
Cinco días más tarde, en casa del Atlético Sanluqueño, la cosa cambiaría. Los locales abrieron el marcador en el minuto 13 de la mano de Pablo Carbonell. Si ya las cosas se pusieron complicadas desde el principio, la lesión de Andrés Campos acentuaría la mala fortuna del filial. Loren Zúñiga le sustituía y al ariete le bastó un cuarto de hora para poner el empate. A la vuelta de los vestuarios, el Castilla enjaulaba de primeras gracias a Víctor Muñoz. En poco más de diez minutos, los de la capital remontaron a los andaluces. Sin embargo, el guion se repetía. Después de haber hecho lo más complicado, los de Raúl volvieron a tropezarse en el 62’. Los merengues suman fuera de casa pero sigue sin ganar.
La única vez que lo consiguieron
El único resultado que aguantó el Castilla se dio en el Di Stéfano, contra el Hércules. Contra los alicantinos, equipo de la parte alta de la clasificación, los de Concha Espina consiguieron lo que tanto se merecían. Gonzalo, que había fallado un penalti unas semanas antes, se vistió de héroe y mandó un zapatazo desde fuera del área. Su disparo limpió las telarañas de Carlos y ofrecía así el primer triunfo del año.
Dos semanas más tarde y después de la «única merecida derrota», según Raúl, contra el Sevilla Atlético, los blancos volvían a tener una bala en sus tierras. Contra el Yeclano, Yusi iniciaba las hostilidades desde el inicio del encuentro. Su gol (en el minuto 3′) es hasta ahora el tanto más temprano del filial esta temporada. Pero, una vez más, los viejos fantasmas resurgieron. En el ecuador de la primera parte, los visitantes ponían tablas en el marcador. Si la entrada de Manuel Ángel revolucionó el partido, un nuevo empate se perfilaba. «No conseguimos tener el control», comentaba el técnico madridista en la rueda de prensa posterior.
Y la última, este domingo. Contra un Algeciras que estaba en las puertas del descenso, era la ocasión soñada para el filial. Una vez más, los merengues marcan primero. Un gran centro de Víctor Muñoz acaba con gol de Gonzalo en el 37′. Los de Chamartín se van al descanso con ventaja, pero a la vuelta, volvería a caer. A contra corriente, los andaluces materializaron una de sus primeras llegadas. Algo que faltó demasiado en estos primeros meses de competición y Raúl lo reconoció. «Nos falta el gol. Los chicos son los primeros que quieres materializarlas y no es una situación cómoda porque ellos miran la clasificación, son jóvenes y les entra la ansiedad. Hay que tranquilizarles y darles confianza», zanjaba.